opinan sobre la obra:











VUENOZ AIREZ Claudia Marocchi el 12-05-2011

Dos hermanos particulares, con los típicos códigos fraternales donde las leyes son propias de la relación, se encuentran con un tercero que viene a buscar o a descubrir qué es lo que ha quedado de la familia.

Como aquel juego de niños “el que se fue a Sevilla perdió su silla”, el recién llegado no solo perdió su lugar sino que las reglas han cambiado definitivamente.

Los celos, el dolor acumulado hacia quien decidió apartarse del núcleo y vivir su propia vida son la excusa y el reclamo para arrojar al hijo pródigo a los pies del arrepentimiento, solo que en este caso la misericordia del padre no resulta ya que el hijo llega tarde y por tanto es ajusticiado por sus herederos.

Hay varias cosas interesantes en esta obra escrita y dirigida y actuada por Damián Moroni, la primera es la calidad y la profundidad de un trabajo acerca de los vínculos que permite la creación de gestos y silencios en los cuerpos de los actores, marcando el ADN o código del grupo familiar. Al ver sus formas expresivas y no expresivas el espectador reconoce el núcleo que une a esos personajes, sin necesidad de contar quién es cada uno. Lograr esto es verdaderamente difícil y solo posible con un trabajo serio de investigación.

La puesta en escena, marcando un afuera incierto y peligroso también muestra en un sentido esta idea de ir hacia la guarida para protegerse. Por lo tanto, las entradas y las salidas de los personajes tienen un por qué y cambian el entorno. La dirección de actores, centrada en la relación de los cuerpos vinculándose tensamente, cada uno por su lado e imantados por cuerdas invisibles son el eje que une y entreteje los por qué y las preguntas sin respuesta.

El texto entonces se desarrolla por acumulación de palabras y gestos, generando una dramaturgia silenciosa y compleja que suma y suma para abrir interrogantes cuyas respuestas se develan en los cuerpos de los tres actores: Felipe Braga, Juan Manuel Correa y el propio Damián Moroni. Un párrafo aparte para la escenografía de Magda Banach, que hace teatral y sentido cada uno de los objetos y su contexto, poniendo en el centro de la escena el trofeo, eso que se gana con esfuerzo, con sangre y lágrimas, el objetivo.

La música en vivo de Miranda Nardelli es el pulmón de este monstruito, generando climas y contradicciones. Un gran acierto.

Hay artistas en búsqueda sincera y arriesgada, que investigan por caminos opuestos a la lógica para entender o descubrir un teatro diferente. Abordando lenguajes propios, poniéndolos en tensión con el espectador.

Esos artistas le dan el real sentido a lo alternativo y generalmente son los que dejan huella.

“Barro” es una obra ideal para descubrir el trabajo de estos artistas en proceso creativo. Imperdible para todos los ávidos de un teatro vivo y en constante desarrollo.

http://www.vuenosairez.com/criticas-teatro/articulo/barro/228

TRANSLATION:


Claudia Marocchi VUENOZ AIREZ 12/05/2011

“Where is the one who judges the prodigal son? At the end of the road there is a common place we called “home”? Who among the three is the childDo children from whom?”

Two particulary brothers, with typical fraternal codes where the laws are specific to the relationship, they find a third party who comes to seek or find out what is left of the family. Like that child's spanish pun: "who went to Sevilla lost his seat (silla)", the newcomer not only lost his place but that the rules have definitely changed. Jealousy, the accumulated pain to whom decided to depart from the nucleous and preferd live his own life, are the excuses and the claim to throw the prodigal son at the foot of repentance, but in this case the mercy of the father is useless, because is too late and the son is therefore tried and executed by his brothers. There are several interesting things in this play written and directed by and starring Damian Moroni, the first is the quality and depth of work on the links that enables the creation of gestures and silences in the bodies of the actors, marking the DNA or code family. Seeing their expressive forms the viewer recognizes the core that unites these characters, without the need to tell who each. Achieving this is very difficult and only is possible with a serious work of research. The staging, which marks an uncertain and dangerous outside also displays in a sense, this idea of going into the nest to protect themselves.Therefore, the inputs and outputs of the characters have a reason and change the environment. The direction of actors, focusing on the relationship of tightly linking the bodies, each on its side and magnetized by invisible strings are the linchpin that binds and weaves the “whys” and unanswered questions.The text is then developed by an accumulation of words and gestures, creating a quiet and complex dramaturgy that each addition to open questions whose answers are revealed in the bodies of three actors: Felipe Braga, Juan Manuel Correa and Damian himself Moroni. A separate paragraph to the set of Banach Magda, who makes theatrical sense each object and its context, and putting in the at the heart of the scene the “trophy”, that which is gained hard work, blood and tears, the Target. Live music from Miranda Nardelli is the lung of this monster, creating climates andcontradictions. A great success.

There are artists with sincere and risky research, investigating on opposite paths to logic to understand or discover a different theater. Addressing their own languages​​, putting them in tension with the viewer.These artists will give real meaning to the alternative and are usually those who leave their mark.

"Mud" is an ideal play to discover the work of these artists in the creative process. A must for and to a public eager for a live theater in constant development.


Lucas Lagré MONTAJE DECADENTE .1 num 3 May 2011


Barro La Obra

Tres hermanos en una cabaña. Un clima enrarecido. Armas y objetos de caza. Un universo masculino quebrado por el insistente llamado telefónico de una madre preocupada. Luego llega el barro. Elemento de creación, primitivo, sagrado. Entidad que ensucia, tapa, oculta y vela. Con estos componentes Damián Moroni, también director y actor de la pieza, ofrece una dramaturgia que apuesta a la construcción de una atmósfera de extrañamiento donde el lenguaje será utilizado principalmente en función a su valor simbólico. En un relato que se resiste a clausurarse, es el espectador el que debe colaborar en la construcción de sentido. Para ello, la obra se encarga constantemente de mantenernos presos de su dispositivo. Mediante un trabajo que se propone amplificar las potencialidades expresivas de los cuerpos de los actores, un excelente uso de la intriga y la construcción de un clima intimista esta obra logra adueñarse del público y hacerlo participe de la perturbación que sienten los personajes. En ese sentido, hay que destacar tanto el notable trabajo de los actores como la música en vivo a cargo de Miranda Nardelli, fundamental en la creación de esta atmosfera singular. Un espectáculo distinto, misterioso, que se arriesga jugar con los límites de la teatralidad.

Lucas Lagré MONTAJE DECADENTE .1 num 3 May 2011


TRANSLATION:

Three brothers in a cabin. A rarefied atmosphere. Weapons to hunting. A male world broken by the insistent call from a concerned mother. Then comes the mud. Building element, primitive sacred. Entity that dirt, cover, hide and mist. With these components Damian Moroni, also director and actor of the piece, offers a drama that is committed to build an atmosphere of alienation where the language will be used mainly according to their symbolic value. In a story that resists closure, is the viewer who must collaborate in the construction of meaning. To this end, the piece constantly keeps us as prisoners in charge of its own device. By work that is proposed to amplify the expressive potential of the bodies of the actors, an excellent use of plot and construction of an intimate atmosphere that manages to take over public works and make it part of the shock felt by the characters. In that sense, we should mention the remarkable work of both actors and live music by Miranda Nardelli, instrumental in the creation of this unique atmosphere. A different show, mysterious, that it risks playing with the boundaries of theater.

Lucas Lagré MONTAJE DECADENTE .1 num 3 May 2011



ACTUACIONES SÓLIDAS E IMPRESIONANTES

Una pieza teatral diametralmente diferente a lo que se ve en los teatros porteños. La afirmación se basa en dos características principales: por un lado, el trabajo físico d elos actores, basado en un entrenamiento físico cercano al butoh (danza japopnesa contemporánea) y las prácticas del Odin Teatret, legendario laboratorio teatral del norte d eEuropa, de hondas raíces antropológicas y que pone el énfasis en el intercambio cultural. Este despliegue corporal en el espacio le da a la pieza en cuestión una intensidad al mismo tiempo llena de matices, de bemoles, y convierte un texto que podría ser irresoluto y críptico en un viaje sensorial, pleno de suspenso, de recovecos a los que se accedecon curiosidad desde la platea.

Por otro lado, Barro cuenta la tragedia de tres hermanos en un lugar incierto del planeta. En un tiempo más incierto aún. Casi como un cuento del francés Boris Vian con sus emociones pendulares desde la violencia a la ternura, y sus irregularidades. Barro es fantasía que se hace verosímil, y así lo convierte en un texto incómodo, que interpela.

Las actuaciones de los tres actores son contundentes. Y suponemos que mucho se lo deben a que se trata de hombres jóvenes pero adultos: demuestran un madurez y una solidez que subuyugan al espectador.

Barro es altamente recomendable, irrepetible experiencia del mejor teatro.

Ale Cosin

BAVoice

ww.bavoice.com.ar

Edición 17. Año 2





Tres hombres que quieren escapar de su interior, en un marco oscuro
Viernes 08 de abril de 2011


El ambiente es extremadamente sombrío. Dos hermanos preparan un plan del que se aportan pocas pistas. Una madre los acosa por teléfono y eso produce tensión. Un tercer hermano llega del exterior tratando de poner en orden unos papeles familiares. Si el interior de esa pequeña habitación es inquietante, también lo es el exterior, que siempre tendrá un protagonismo arrasador. De allí llegará el barro, esa materia que
da nombre a la pieza y que, en verdad, es la que ensucia los cuerpos, moldea formas de elementos que se usarán en escena o, sencillamente, se convertirá en un símbolo de extrañamiento,del que no podrá dejar de repararse. Con una dramaturgia fragmentada donde, en verdad, apenas se percibe una historia mayor, Damián Moroni, en tanto autor y director, decide que sean los cuerpos de los intérpretes los que expresen un mundo dramático profundo, siempre provocador. A través de sus movimientos, de sus reacciones, de sus vínculos corporales, los personajes darán cuenta de un interior muy convulsionado del que parecerían no querer escapar. O, si deciden hacerlo, será en conjunto, aunque nada de ellos se modifique desde lo individual, después de participar de esa sesión ritualista que expusieron en la escena. El espectador deberá completar ese juego teatral que siempre estará enmarcado por una fuerte oscuridad, la que escapa de continuo de las conductas de esos seres. La música en escena de Miranda Nardelli no sólo apoya con buenos logros varios momentos de la acción, sino que, sobre todo, promueve climas de fuerte emotividad. La escenografía de Magda Banach resulta el marco ideal para contener esa realidad opresiva y hasta casi irracional.
Carlos Pacheco
http://www.lanacion.com.ar/1363668-barro?utm_source



TRANSLATION:

LA NACION Carlos Pacheco 08 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa.

Three men who want to escape from inside a dark frame.

The atmosphere is extremely bleak.Two brothers prepare a plan that will provide few clues. A mother harassed by phone and that produces stress. A third brother arrives from the outside trying to tidy up some family roles. If the inside of that little room is disturbing, so is the outside, which always has an overwhelming role. From there it is mud, this give the name to the piece, and, indeed, is that dirty the bodies, molded shapes of elements to be used on stage or just become a symbol of alienation, which is not may cease to be repaired.

With a fragmented drama where, in fact, just collecting a bigger story, Damian Moroni, as author and director, decide which are the bodies of the performers who express deep dramatic world, always provocative. Through their movements, their reactions, their physical bonds, the characters will notice a very troubled interior of which seem not to want to escape. Or, if they choose, it will be together, although none of them is changed from the individual, after participating in that ritualistic session which they expossed at the scene. The viewer must complete the game play that will always be framed by a strong darkness, which is escaping continuously from the conduct of such beings. The music on scene played by Miranda Nardelli not only supported with good success in several parts of the piece, but, above all, promotes a strong emotional climates. The stage design proposed by Magda Banach, is the ideal place to hold that reality almost oppressive and irrational.

http://www.lanacion.com.ar/1363668-barro?utm_source...








Barro la Obra


Un trabajo que merece ser visto para saber por qué el teatro se revitaliza a cada instante.

por Teresa Gatto

El conjunto de una catástrofe es un privilegio de espectadores,
no de protagonistas

J.J. Saer

Atrincherados dentro y fuera de sí mismos, dos personajes inquietan desde el inicio. ¿Es la impaciencia del que espera dentro del cuarto exiguo? ¿O son los ruidos que venidos desde el exterior ya se conforman en un significante?

El texto nos prodiga más exasperación pues pasado, presente y tal vez futuro se van desplegando en una historia que en fragmentos y vaivenes exhibe desaforadamente aquello que no se puede representar. No al menos, con cánones realistas.

De este modo, las presencias maternas repuestas desde la no compresión y la ausencia paterna, se configuran en un imbricado trabajo en el que el cuerpo repone lo no dicho, el cuerpo que transita el ser del personaje que tampoco puede narrar orgánicamente porque una vida de orgánico tiene sólo sus latidos, el resto, es eso, restos de deseos, fantasías, frustraciones, dolor y el blindaje necesario para seguir respirando.

Una nueva presencia, la de un tercer hermano capaz de decir con un lenguaje “otro”, el portugués, aquello que se guardó a su llegada, produce junto al espasmo corporal y la interpelación sin respuesta posible, un in crescendo dramático que nos arroja sin ninguna piedad al desconsuelo festivo, si el oxímoron es permitido, de comprender que el teatro está dispuesto a obsequiarnos notables ejercicios de dramatización y puesta en escena que, acompañados de un excelente opción rítmica en vivo, aceleran el pulso y la inquietud, guiándonos como Virgilio a Dante a un espacio de deseo sin esperanza. Si este espacio es el de la incomprensión, bienvenida la duda que Barro, la obra, barro arrojado al piso, barro ensuciando y salpicando todo, barro salido de la valija simbólica del hermano que arriba desde otro lugar de goce, nos arroja a la cara. Porque a estas alturas sabemos, maldita la hora, que certezas se tienen a veces, sólo del pasado y aquí el tiempo transcurre fuera y dentro de la historia y a despecho de sí misma, sin permitirnos especificar ni habitar una confianza mínima que nos deje a salvo de nuestra angustia existencial, salvo al salir de sala, con nuestro egoísmo a cuestas y ese alivio de no ser ese/esos otros.

Un gran trabajo corporal casi coreográfico le imprime a la obra dirigida por Damián Moroni, la dosis exacta de enunciados imposibles de decir, la anécdota, huelga decirlo, es casi lo de menos, sólo queda el sufrimiento y hasta el alivio de no ser ellos, ninguno de ellos tres que, en notables actuaciones (Felipe Braga, Juan Manuel Correa y Damián Moroni) se mecen en una tragedia que podría ser la de cualquiera o sólo la del héroe trágico. Un héroe, es sabido, es un programa narrativo y en Barro la Obra, el héroe deshace su programa porque su único modo de narrar un destino es representándolo.

La escenografía cumple los requerimientos exactos de la puesta y la música, aquí ineludible compás que marca el ritmo de los sucesos, a cargo de Miranda Nardelli, en vivo y como una performance que late junto a la obra, completan un excelente trabajo de teatralización que es lo que vamos a buscar casi siempre y muchas veces no encontramos.

Barro la obra, un trabajo que merece ser visto para saber por qué el teatro se revitaliza a cada instante.

nota completa en

http://www.puestaenescena.com.ar/teatro/372_barro-la-obra.php

BARRO la obra, fraternal introversión

Muy buenas actuaciones en una críptica historia


Ampliar

Actúan: Felipe Braga, Juan Manuel Correa y Damián Moroni
Músico en vivo: Miranda Nardelli
Vestuario y escenografía: Magda Banach
Dirección: Damian Moroni






Hay un clima de cierto suspenso, como de que algo va a pasar, mientras preparan sus armas y se expresan vociferando puerta de por medio. Pues ahí queda la cuestión y lo único que empieza a traslucirse es la relación de tres hermanos con un pasado para contar que no es muy claro pero necesita ser expresado catárticamente, en aras de aclarar cuestiones que de todos modos quedan oscuras. Es indudable que se da libertad al espectador para que su imaginación corra por donde quiera. Todo es aparente en “Barro, la obra”, hasta el hecho de que sea una obra. Surgen las recriminaciones y los agradecimientos, los encuentros y los desencuentros, en los recónditos meandros familiares, sin punto de inflexión, sin retorno.

Los actores realizan un trabajo notable de consustanciación física e interior con el personaje, transmiten sentimientos y sorprenden en su histrionismo, particularmente en el caso de Juan Manuel Correa, que incluye hasta movimientos epilépticos. Llaman la atención también el lenguaje elocuente de las mirada de Damián Moroni expresando el alma con sus ojos, y el cuerpo de Felipe Braga que parece movido por hilos como si de una marioneta se tratara. Es por ellos que surge una cierta poética, con efectos sonoros y música de un laúd apuntalador de climas, interpretado in situ, que completa la interesante puesta en escena, cuyo monocromático vestuario -un hallazgo de Magda Banach- oscila en todos los matices existentes del color del barro.

Sin embargo, no logran desembarrar el camino sinuoso y arcano del texto cuyo incierto derrotero no tiene definida su meta. La simbología totémica no hace sino más hermético el significado de la dramática historia, cuyo conflicto no avanza y los pocos toques de humor no alcanzan a dar aire al ineludible letargo del confinamiento fraternal. Ideal para quienes gustan de filosofar y preguntarse sobre si mismos y el porqué de la vida, complicada para quien busca una hora de entretenimiento teatral. Martin Wullich

http://news.martinwullich.com/vernota.php?id=1007














De agua y de tierra

19/11/2010 | Por Mónica Berman | Alternativateatral -
Espectáculo Barro la Obra




Barro: Masa que resulta de la mezcla de tierra y agua. Barro, la obra. ¿La obra de barro?, ¿la que remite al barro?, ¿la que está construida con estos materiales, tierra y agua?

Estamos en el ámbito de lo teatral, con lo cual el término “obra” se acota, enmarca su acepción. Y el barro, ¿en qué universo se instala? Prontamente se verá que no es metáfora, al menos, no completamente. El barro es un elemento que aparece en la puesta, que mancha el piso, que funciona como máscara, que “pinta” las manos y que ensucia el agua sin poder multiplicarse, en tanto barro, por ausencia de tierra. Esto es del orden de lo literal: el barro como participante, como un integrante más de este espacio acotado y mínimo donde se producen las acciones. La sala es pequeña y el espacio escénico está aún más recortado. Las paredes oscuras, dividen el adentro (el espacio que vemos como espectadores) de ¿otro adentro?, ¿del afuera? Los objetos remiten a primitiva habitación (¿acepta el nombre?): un camastro, un teléfono (que no está conectado, aunque se use), una bacinilla, un banquito, una botella... La puerta trae al hermano que convive y al que viene de lejos (en tiempo y en espacio). Otra puerta, aquella por la que entramos, nos interpela, pero si uno observa con atención verá que está afuera, que queda fuera del alcance del piso del universo escénico, es decir, que en la ficción no está. Este comentario, que puede parecer menor, sirve para tener un panorama del funcionamiento. Las cosas son y no son, aparentan estar, pero no están. Volviendo al barro, habrá también otro modo de pensarlo. También está el trabajo sobre el barro, la posibilidad de modelar, de dar forma; planteado como materia prima, devendrá en diversos objetos con formas variadas y funciones múltiples. El barro es una materia pasible de ser manipulada. Una misma materialidad que da como resultado productos muy diferentes, metáfora ahora sí, tal vez, de la actuación. Porque si hay algo que trabaja a fondo, Barro, la obra, es la actuación. El cuerpo deviene objeto maleable. En los rostros se dibujan, como por obra de un cincel invisible, gestos con un signo y luego con su contrario. Los cuerpos se derrumban en el piso como si los moviera una fuerza ajena. Se agitan los brazos raptados por una epilepsia parcial. ¿Relato? Hay ciertas construcciones referenciales: los personajes son hermanos entre sí, tienen una historia que se entrevé, plantean un afuera que amenaza (¿real?), una madre telefónica, pero el núcleo no está aquí sino en otro lado, porque cuidadosamente están borrados los caminos narrativos que inscriben. Por otra parte, funcionan de manera equivalente las palabras y los cuerpos: no hay sorpresa en el otro cuando uno cae al piso y tiembla, tampoco la hay cuando se enhebran términos de universos distintos, relatos partidos, historias descolocadas. Pero hay algo más, muy particular: detrás de nosotros, alguien se encarga de los sonidos. Percibimos la fuente si nos damos vuelta. Es la fuente real de casi todo lo audible que no es la palabra. El teléfono suena, los personajes lo miran, pero ni el sonido sale del teléfono, ni éste suena estrictamente como tal. No se busca la ilustración, imitando un teléfono que suena, sino construir universo por cuenta propia. Un universo muy especial. Una sonorización diferente, que no se parece a lo que sucede habitualmente en el teatro. Tal vez, de nuevo, la mezcla: tierra y agua.

http://www.alternativateatral.com/critica279-de-agua-y-de-tierra



lunes 22 de noviembre de 2010

“Una siniestra cabaña en el bosque”- Por Silvia Sánchez Urite

“Lo siniestro (…) dicho concepto está próximo a los de lo espantable, angustiante, espeluznante.”

Freud, Lo siniestro (1919) Obras completas, Hyspamérica, 1988

Dos hombres, Pato y Rubén, en una cabaña del sur patagónico. Una cabeza de venado preside la sala y única habitación. Suena el teléfono. Llega un tercer hombre, más joven, Gausho, vestido pulcramente. ¿Qué busca? ¿Para qué viene? ¿Cuál es la ambigua relación entre los hombres?
Un pasado los acosa y llega hasta el presente. Rubén sufre una extraña enfermedad que le produce convulsiones. Estas descomposturas van a prefigurar un territorio onírico, de límite entre lo real y lo soñado, entre la vida y la muerte, entre morir o matar.

Una escenografía muy simple, pero muy estudiada, como el vestuario que pinta las características de cada personaje (a cargo de Magda Banach). Unos tubos salen de arriba de la cabaña, como si fuesen parte de un gran órgano de concierto.

El viento patagónico arrecia y el tiempo se termina. Los sonidos son ejecutados por una música, en el fondo del teatro. Crean el clima de irrealidad.

Gran actuación de Juan Manuel Correa, espontáneo manejo de Damián Moroni (actor y también dramaturgo y director) y un histriónico Felipe Braga. Los tres actores gozan de gran plasticidad corporal.

http://silviauriteteatro.blogspot.com/2010/11/barro-la-obra-dir-damian-moroni-critica.html




RADAR- INEVITABLES

domingo 24 de octubre 2010

TEATRO

Barro

En esta obra hay en principio tres personajes y dos historias. La primera en hacerse evidente es una escaramuza defensiva donde es imposible saber si los personajes están sitiados dentro de la casa o atrapados en su propia subjetividad. La otra historia, la más antigua, estará presente todo el tiempo, en la misteriosa y arrasadora carga que es una pulsación constante en el devenir individual de cada personaje y en sus relaciones.

Después de Woyzeck, Damián Moroni dirige ahora este Barro, donde es también actor, junto a Juan Manuel Correa y el brasileño Felipe Braga, más la presencia de Miranda Nardelli, música en escena. El equipo lo completa la artista Magda Banach en escenografía, vestuario y arte.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/15-6565-2010-10-24.html






BARRO


Publicados el 11 Octubre 2010


Recomienda: Estela Gomez

Calificacion: Muy Buena

Extraño, curioso, enigmático, pero a la vez, sensitivo, emocionante y atrapante…

Como la vida…, como los vínculos, que son nudos y también redes…

En ésta intersección están los tres hermanos de ésta historia.

Se encuentran…; y, como cada encuentro es un reencuentro…, se reprochan, se gritan, se pelean. El tipo de unión que se percibe entre ellos, tiene que ver con el tipo de desunión que alguna vez tuvieron.

Hay varios dispositivos para su interpretación.

Un hermano muy nervioso que expresa su bronca y su vacío instintivamente. Tiene diferentes impulsos muy marcados, a veces agresivos y a veces tiernos. La campera beige le da un aire de hombre y a la vez de niño.

Otro hermano, que se resigna, que cuida, pero que el miedo es su característica principal. El, quiere ser realista pero no lo logra. Entra y sale de la realidad todo el tiempo. El sueter marrón le da un toque de equilibrio que no tiene.

El tercer hermano es el que llega, el que trae novedades y que se enfrenta a lo desconocido y a la burla; es a quien el barro lo sorprende de frente. Esa mezcla de tierra y agua se asemeja a la mezcla de arraigo y de desamparo, por lo que toda familia pasa en algún momento. Tiene una conducta moralista, dice lo que se debe hacer, que nunca se hace. El traje marrón da impresión de seriedad en contraposición al barro que lo ensucia.

La escenografía y el vestuario, que está a cargo de Magda Benach, complementa las acciones de los actores de manera definitoria. El color que predomina (en todos sus derivados) le da un toque sobrio y obsesivo, acorde al tema.

La forma particular en que caminan los hermanos, es como si quisieran estar pegados al piso, aferrados a algo; y la forma de reaccionar ante estímulos internos y externos, como tirarse al piso o ponerse en forma fetal, nos demuestra la inseguridad y la angustia por la que transitan.

Las personalidades juegan roles importantes ya que la maduración de cada uno es diferente..

Cada escena parece un cuadro, una obra de arte hecha vida, gracias a la dirección de Damián Moroni.

Muy buena la interpretación de los actores Felipe Braga, Juan Manuel Correa y Damián Moroni. Están en los mínimos detalles, sus expresiones están bien marcadas, las diferencias de los personajes son inconfundibles.

Esta obra nos confirma que el vínculo es una estructura compleja, que genera necesidades, y cuando esas necesidades no se satisfacen aparece la frustración el desconsuelo.

Para destacar, la música en vivo interpretada por Miranda Nardelli, que le da un dramatismo que nos deja en vilo todo el tiempo. Es imposible dejar de mirar y de escuchar.

Todo nos envuelve, nos hipnotiza; es un gran espectáculo para presenciar


http://www.showonline.com.ar/2010/10/11/barro/









Juan Josè Arhancet (Docente de Guión del Instituto Nacional de Cine)
9 de octubre 2010:


LA CLAUSURA DEL APLAUSO:Valete et plaudite!*

Aplaudimos. Luego nos aplaudimos por aplaudir. Es para nunca acabar. Es más difícili nterrumpir una tempestad de aplausos que una tempestad de maldiciones.— Georges Perros

Cesura. Mutismo. Deber de aplaudir y no poder. Poder y deber. Los actores ameritan el aplauso. Sin embargo silencio extremo en una platea enmudecida. Silencio que se torna irrespetuoso interrumpir. Después de ver Barro.¿Quién se anima a aplaudir? ¿Qué se aplaude en “Barro” cuando se aplaude? Más señales de final de obra no se le podrian pedir a Damian Moroni como director. Una luz que cae sobre el actor, la oscuridad luego total, la última nota musical vibrando cual desgarro. Infinitamente agradecido a ese primer atisbo de palmada emergiendo de la oscuridad. Luego si fiesta merecida. El estallido. El acto teatral consumado en el paladar como ese bouquet de vino de noble vasija.“Barro” es rito, ceremonia, celebración. Pero antes debes darte el tiempo de saborear el duelo al que inexorablemente quedas expuesto.

Con sinceridad si esto fuese una crítica, podría considerársela, muy poco seria – paralos avezados en promoción de espectáculos sin duda- Nunca confieso, creí que uncomentario sobre un espectáculo tuviese como punto de partida, al reconocido y último acto instituido, de promover al acto de aplaudir, seña de recompensa, que Abraham Maslow mediante, es entendido como acto de gratitud que actúa como gratificación alego constructor, importante en tanto todo ser humano se nutre de la necesidad básica dereconocimiento.

El punto en cuestión – es la gran obra de representación que provocó la puesta de la cuál fue partícipe. Costó aplaudir, y ese fue otro sublime espectáculo. En “Barro” eso era lo que debía suceder. En “Barro”, es posible la risa incómoda, el apego, el desapego, la línea argumental que ese cree atrapar y se evapora, el desvío al asombro de una nueva perspectiva, la mínima situación dramática que se convierte en incertidumbre, la palabra que deja de ser lo dicho.Este reestreno de “Barro” depara sorpresas, compararla con la anterior seria desvirtuarel camino indagado, y el incomible trabajo de los anteriores actores. Todo trabajode búsqueda – impone un gano o pierdo- pero nunca se llega a un nuevo estadopor azar, la obra encuentra su nueva dimensión en la horma del nuevo elenco.S i bien aquí la trama se despoja de cierto hermetismo de la anterior no decae la metáfora, pero esto es acorde a que también el género (como se esconde el policial en Edipo), se manifiesta y los actores y la dirección cargan con la tensión “in crescendo”; no son gratuitas las armas en escena aunque ruja la voz. Ten cuidado en esta caza, sin duda puedes ser la presa ¿o esperabas menos? A esta altura, podrás preguntarte o dudar con suspicacia si quien escribe esconde de qué se trata la obra o si en verdad habla desde este lugar pues no ha comprendido nada– suele pasar y es bueno que desconfíes. Sólo puedo darte un anticipo: no me culpes, porque sobre la culpa mucho te dirá “Barro”, sobre el “perdón”, sobre distancias y mochilas cargadas, sobre el arte del desapego y tantas otras deudas ¿quién no debe? Yo debo estas líneas de gratitud. Gracias Felipe Braga por ese ciervo expiatorio, por esa marioneta oscilante, por la mirada que traspasa la máscara. Gracias Juan Manuel Correa por ese Rubén que exuda rabia, por ese crepitar de una mano desprendida del cuerpo, por hacernos ver cuantos matices tiene “perdón” en nuestra jerga. Gracias Damian Moroni, por transitar “Pato” con equilibrio parco, hierático como la razón, cabeza gacha, mirada penetrante y trueno de autoridad que aterra y nunca es grito. Debiera claro decir algo de la dirección a su cargo, releo lo escrito para e lpersonaje. Río, me sorprendo. Léase lo mismo: Equilibrio, mirada astuta, rigor sin gratuidad. Si Poe danza en la atmósfera, Miguel Ángel contempla su traspuesta creación de “La piedad” en la última imagen. Gracias Magda Banach por hacer posible el equilibrio y la síntesis, rojo sangre, vertical, verde y complemento. Luz y sombra siempre a tiempo. Mención aparte: Sin duda “tu”ciervo escapa a toda geometría. Para seguir implorando.

No se por que queda para lo último, porque esta siempre desde el inicio, acentuando, Miranda Nardelli con su música en vivo, clavando clavos, con la valentía de lastimar, enturbiar, o distender, tensionándola extremo el diapasón del tiempo de cada escena.

Consejo útil: Contratar o buscar voluntarios que actúen de “claqueurs” o “Corego” alfinalizar el espectáculo.

Corego: Encargado pago común en los espectáculos griegos y en particular para la exaltación de Dionisios de los coros (entre otros menesteres) que indicaban el momento de intervención de “corear” desde el público. En el siglo XVI y XVII aparece el Claque (voluntario o pago) que estaba a cargo de indicar el momento adecuado para aplaudir antes, durante o al finalizar una obra.

Claque (en francés ‘bofetada’) es, en su origen, un término que alude a un cuerpo organizado de aplaudidores profesionales presentes en los teatros y óperas franceses. Los miembros de una claque se denominan claqueros (claqueurs).• Los antiguos romanos tuvieron un conjunto ritual de aplauso para las representaciones públicas,expresando diversos grados de aprobación: golpear los dedos, dar palmadas con la mano plana o hueca,o agitar el faldón de la toga, lo que el emperador Aureliano sustituyó por pañuelos (orarium) que distribuyó entre el pueblo.[1] En el teatro romano, al final de la obra, el protagonista gritaba Valete et plaudite! y la audiencia, guiada por un corego * no oficial, coreaba su aplauso antifonalmente. Esto a menudo era organizado y remunerado.


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Gabriel Peralta

CRITCA TEATRAL

BARRO
El otro lado de las relaciones.

Obra dirigida por Damián Moroni

Ahí en donde la extrañeza tiñe las relaciones entre seres humanos, ahí se entromete la obra Barro, con dirección de Damián Moroni.
El esquema argumental, de una gran simpleza, es intervenido por un extrañamiento que resulta de la deformante exhibición física de los cambios internos de cada personaje, y en el desangelamiento de las relaciones familiares.
Todo lo que ocurre es exacerbado: el amor, la indiferencia, los pases de facturas, los momentos de unión fraternal. Pero no solo por eso “lo extraño” campea en la obra, ciertos sutiles corrimientos temporales de los hechos, hace que el espectador ponga en duda si lo que esta viendo, fue, es o será.
Varios elementos se aúnan para lograr este delicioso estado de incertidumbre: la música ejecutada en vivo por Miranda Nardelli, va latiendo con el curso de los acontecimientos, escena y ejecutante se van proponiendo contrapuntos, que da como resultados estupendos climas; la escenografía es una rara combinatoria de ascetismo y rareza, en donde cada elemento que la conforma puede perder su condición usual y transformarse en otra, que inclusive lo resignifica; el vestuario, de una paleta de marrones y ocres, permite percibir el sesgo de cada personaje (ambos rubros están a cargo de Magda Banach); un registro de actuación en donde el viscoso perfil de cada personaje se construye a través de una extrema exhibición física de su interioridad.
Barro es una obra que desafía porque no da nada por cierto.


http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=2298


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Lucho Bordegaray

MONTAJE DECADENTE y LLEGAS


Tierra y agua, ya lo sabemos. Pero es el agua quien lo hace, de tanto golpear y remover la tierra: así, quien se muestra más lábil modifica a quien ostenta firmeza. Y, sin embargo, no necesariamente hay que pensar que el agua vulnera a la tierra, porque también le está regalando su movilidad, la habilita a desplazarse o a modificar su forma. Y qué será del barro que surge de la mezcla de personas, de versiones de la historia común, de sus ambiciones, de las miradas sobre el presente. En síntesis, cómo nos modifica el otro.
En Barro se manifiesta –además de una intensa y puntual historia sobre la difícil relación entre tres hermanos– el proceso de creación colectiva y los buenos resultados que tiene esa metodología cuando no es tomada como atajo hacia una puesta anhelada sino como herramienta potente de la búsqueda de los actores , bajo la dirección de Damián Moroni, donde el compromiso en las emociones, en el cuerpo y en las palabras van de la mano, al igual que la madurez del relato camina junto a la madurez de la interpretación.
Como pocas veces, el aporte de la música es aquí asombroso. Interpretada en vivo por Miranda Nardelli, acompaña emociones y crea atmósferas alternadamente profundas, abiertas o íntimas, pero siempre logrando un preciso equilibrio donde nunca es protagonista ni se esconde para no serlo.

http://montajedecadente.blogspot.com/2010/04/09-barro.html


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Juan Josè Arhancet (Docente de Guión del Instituto Nacional de Cine)
septiembre 2009:

"Claro que me preocupa el pùblico.Que me importa que comprenda mi historia. Pero estoy convencido de que si no tuviese una, a falta de ella, el espectador se encargarìa de inventarla. Negarà irse vacìo, es su derecho y su privilegio"
Luis Buñuel.

Cuando vi Barro tenìa solo dos opciones o "desesperar" por comprender o "dejarme llevar". ¿Què otra cosa ademàs puedes hacer cuando en direcciòn esta el sello y firma de Damiàn Moroni? Sin dud opte por lo ùltimo, despues de todo el teatro es connsecutividad y desvio, cruce y encuentro.
Luego de un tiempo, durante el trancurso de la pieza, la incomodidad se empieza a notar, ese no comprenderse se transforma casi en un "no querer ver", porque para ver barro hay que embarrarse.
Barro salpica con lo no dicho, con lo latente. Barro estalla pero incluso a destiempo de la demoliciòn del espectador, ya esta sembrado lo inevitable, no por previsible sino por designio tràgico. Aùn en un extrañado humor, la risa con ritus de mueca. Si. No esperes otro humor.
Barro es una serie de grandes interrogantes, Barro es un enigma, toda paràbola se carga de preguntas retoricas; ¿Es el perdòn una deuda que pocos pueden saldar? ¿Es el deshoras,el destiempo, lo que hace que los seres humanos seamos tan ajenos en tanto hermanos? ¿Es en pos de un Padre que por guiarnos nos humilla? ¿Acaso esa humillaciòn redime? ¿Podemos llamar accidentes a decisiones productos de nuestra propia voluntad? ¿Es la vida un mandato de vida u obramos por mandatos que nos inhiben ser auténticos con nuestra vida misma? ¿Somos tan arrogantes que creemos que una misión suprema nos aguarda? ¿ Es tan dificil decir te quiero no dichos y abrazos reprimidos, para quedar condenados en una Babel inexorable?
Barro no darà -por suerte- respuesta alguna. Si será un duro espejo donde mirarte. Si ves Barro vas a encontrarlo en tu propio rostro. Pero como de tragedia se trata, un alivio se instalará sin dudas luego de la catarsis.
Cuando hay actores que dejan sus vísceras, cuando hay una dirección que te respeta porque no te concede privilegios de moraleja, cuando hay una puesta ajustada donde el mismo espacio escénica (incluida la sala) como extensión de un acto casi tribal permite acción e imàgenes de una potencia abrumadora, donde la música en vivo vibra, acentúa, aplaca, y por sobre todo subraya y provoca; sòlo queda agradecer ese haberse "dejarse llevar.
El entendimiento viene luego del deslumbramiento, quizás, sin duda, mucho después, en algùn "click" en tu cabeza cuando menos lo esperas. Es ahí, cuando habrás descubierto que te mintieron nuevamente: No te dieron nada servido,(más allá de un café) te dieron "tarea para el hogar". Hermosa mentira cuando se trata de involucrarte en el maravilloso mundo de crear.
Recuerdo que Tagore decía que la vida era una osada aventura o no era nada ¿què menos podemos pedir del teatro, si es su reflejo?


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Pablo Ruiz Seijo (Actor, Director y docente de teatro):
"Barro es una obra que desde la elección del espacio y la escenografía a la dramaturgia y el trabajo de los actores es coherente consigo misma y con el trabajo que viene realizando Damián desde hace muchos años. La sensación de compartir el encierro con los personajes crea una atmósfera muy singular que atrapa los espectadores. Los vínculos familiares, o no, pueden confinarnos en su lado más viciado de repetición infinita. Barro parece moverse sobre esta premisa. La música ejecutada en vivo y el ritmo de la escena también. Barro es una oportunidad notable de actuación para sus tres intérpretes."



Pepe Márquez (artista plástico, actor, director)
"Hay obras a la que uno va a ver, otras a las que va a disfrutar y otras pocas en las que uno se sumerge, eso es lo que me paso en “Barro” de Damián Moroni.
La sensación de entrar a un espacio familiar, conocido y amigable como el espacio en el cual están representando, la acertada y estudiada escenografía, el siempre bello vestuario de Magda Banach, la música en vivo subrayando ritmos y atmosferas y la smuy buenas interpretaciones de los actores suman a la puesta medida y efectiva de Damián, logrando una vorágine psicológica en la que uno es sumergido, con ellos, en el barro; guiado por los caminos de la angustia, de lo revulsivo, de lo familiar y del teatro hecho de manera inspirada y conmovedora."





Jorge Costa (Actor, mimo y docente de teatro):
"que me pareció Barro?
una obra con personalidad, hecha por artistas que transmiten sin recaudos sus naturalezas, sus cuerpos entre el barro de donde salieron y le barro que los rodea.
si se quiere ver algo distinto, algo de origen algo original, los invito a los que aburridos de ver la standarización del arte, se enojan con el arte.
una inquietud, una naturaleza, y 5 corazones que laten, desde la direccion y larealizacion artistica y la ejecución actoral, Barro, esta lleno de vida, de fuerza por creer.
un universo perdido entre el barro. que se ve y se sale embarrado de girar en su orbita.
una tragedia unica, un historia particular, rodeada de un fertilidad que asusta."






Ana Perrota (Artista plástica, grabadoray docente de arte):
"Obra compleja, armada con pequeñas piezas de un mecanismo de relojería,
que se entrelazan en un crescendo conmovedor."
Ana Perrota (artista, grabadora)






Sofía Reyes
"La sala está en silencio. Las luces, bajas.
Uno no está seguro de lo que vino a ver, el afiche nos da una pista engañosa, parece que quiere ayudarnos, pero en realidad… en realidad: no, no quiere. Lo mejor es encarar la obra sin conocimientos previos, sin información que pueda contaminar las sorpresas.
Podés haber elegido una silla, un almohadón, o el mero piso. Pero elijas lo que hayas elegido, pronto te sentís atrapado por la situación (por la historia), que te incluye como si le pertenecieras. La música en vivo te envuelve, te adormece por momentos, te sobresalta por otros. No podés precisar a qué se debe, pero esa música es casi un estado de ánimo, que impone sensaciones de una manera tan abstracta como inevitable. Sentís incomodidad, sentís temor… pena… pero también alivio, alguna que otra risa nerviosa ayuda a descomprimir el ambiente.
Y eso es lo más importante: sentís. Sos parte de cada personaje, te pasa lo que a ellos les pasa, aunque no puedas entender por qué, o de dónde vienen esas sensaciones tan particulares.
Ser espectador no es suficiente, o más bien, no es necesario. Barro, más que una obra, es una vivencia. No se abarca con el razonamiento, sino con la intuición. Y sobre el final, cuando gentilmente nos libera del anzuelo, comprendemos instantáneamente por qué es “teatro del bueno”.
"....me pareció q escondian algo, todos, incluso el público, o que había un secreto q todos tenían q guardar asi supieran que entre ellos podían hablarlo..."











Karina Benito
"una obra tan poética como cautivante"





PUBLICACIONES DIGITALES:



http://www.vuenosairez.com/criticas-teatro/barro/228

http://www.lanacion.com.ar/1363668-barro

http://www.puestaenescena.com.ar/teatro/372_barro-la-obra.php

http://www.alternativateatral.com/critica279-de-agua-y-de-tierra

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/15-6565-2010-10-24.html

http://www.showonline.com.ar/2010/10/11/barro/

http://www.entradateatro.com.ar/barro-la-obra/

http://www.bainsomnio.com/barro-la-obra-teatro519.html

http://silviauriteteatro.blogspot.com/2010/11/barro-la-obra-domingos-en-el-excentrico.html

http://www.larazon.com.ar/teatro/barro-la-obra_14192-o.html

http://www.clarin.com/teatro/barro-la-obra_14192-o.html

http://www.gacetillasargentinas.info/teatro/domingos-a-las-2030-hs-qbarro-la-obraq-con-felipe-braga-juan-manuel-correa-y-damian-moroni-en-qel-excentrico-de-la-18q

http://www.wipe.com.ar/agenda/detalle/29464/2010-10-03

http://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cartelera-teatro/obraFicha.asp?obra=14192&teatro_id=540




RADIO:


*MICRO en MUY BUENO, en Radio Nacional. Algunos comentarios del director sobre la obra, sale grabado.

* En AM1010 //radio COOL-TURRA POP, entrevista telefónica con Damián Moroni antes del estreno

*En AM 750, MICRO de teatro. Comentarios sobre la obra a cargo del director de la misma

*En FM PALERMO. TIERRA de ACTORES. Jorge Booth






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